El Desarrollo del espíritu en una persona sana

Autor: Medardo Plasencia Castellanos

La salud es el equilibrio y la armonía del cuerpo y del espíritu: los sentimientos, las sensaciones, las emociones, los pensamientos; la persona humana es un todo complejo que se realiza su potencial en la convivencia en y con el mundo, es un todo cuerpo y espíritu.

El cuerpo es un organismo vivo, en el que cada una de sus partes forman un todo ordenado, en el que cada órgano: el corazón, los pulmones, el estómago… efectúan una actividad que facilita que los otros órganos funcionen adecuadamente. La circulación de la sangre depende del funcionamiento del corazón, del cerebro, de los pulmones; cada órgano funciona de modo interconectado con los otros. La enfermedad surge cuando se rompe el equilibro en las actividades de los distintos órganos que conforman el cuerpo.

La fenomenóloga Edith Stein, se refiere al hombre como un organismo vivo. El cuerpo atraviesa cambios en su configuración. Este configurarse desde dentro es un peculiar modo de ser, el modo de ser de los seres vivos. 1

La formalización del cuerpo implica que en él se crean centros desde los que se mantienen, soporta y mueve así mismo, y desde los que sale a su encuentro de todo lo que le sucede desde afuera. 2

Destaca lo específicamente humano de la persona. Ser persona quiere decir ser libre y espiritual. Espiritualidad de la persona quiere decir despertar y apertura. No solo soy y no solo vivo, sino que sé de mi ser y de mi vida. 3

Entendemos al ser humano como un ser, con su cuerpo y su espíritu. Su cuerpo es un organismo vivo sujeto a las leyes de la vida biológica, su espíritu tiene una vida más allá de lo biológico, que consiste en su capacidad de pensar, de tener sentimientos y emociones, imaginación que le permite genera una cultura, instituciones con reglamentos y valores.

Las personas estan constituidas de su espíritu que ordena y determina sus funciones orgánicas de modo inconsciente o de modo consciente. En un incipiente presencia del espíritu de la persona en su cuerpo material y orgánico, queda subordinado a los principios biológicos. En un espíritu desarrollado, el espíritu gobierna y ordena las funciones orgánicas que trasciende los principios orgánicos.

Estamos acostumbrados a que nuestro cuerpo impere sobre nuestras funciones espirituales. Cunado el espíritu sobresale y ordena las funciones del cuerpo, la persona puede ordenar su cuerpo para tener una mejor salud, una vida digna y menos dependiente de los principios y necesidades biológicas.

Un buen desarrollo del espíritu favorecer una buena salud del cuerpo al lograr, conocer, entender sus sentimientos y emociones que facilitan sus enfermedades o su buena salud. El cuerpo debe su funcionamiento orgánico a sus determinaciones espirituales que inciden en la vida sentimental y emocional. Las enfermedas psicosomaticas nos muestran como incide en el cuerpos las afecciones emocionales: las angustias, las presionea sociales y culturales.

La salud corporal depende del buen manejo de las emociones y sentimientos que se forman y ordenan en la vida espiritual. Lo peculiar de la estructura de la persona, es su dimensión espiritual que se enlaza con la vida orgánica del cuerpo. Es necesario conocer, entender y valorar toda la vida emocional y de sentimientos que tiene, viven y practican en la vida diaria. Es necesario aprender como el espíritu ordena y domina la vida orgánica determinada por la vida emocional y sentimental de cada persona.

Referencia. Stein. Edith , Estructura de la persona. Edit. BAC Madrid 1998

1.Estructura de la persona. P65

2.2. Idem. Pág 67

3.3. Idem. Pág 141